lunes, 7 de febrero de 2011

Pablo

Dando enormes pasos
e imponiendo gran respeto
iba Pablo caminando
por el pasillo del colegio.

Todos lo miraban
y se corrían tras su andar
porque él era importante
y fácil de envidiar.

Pero unos cuadernos en el pasillo
hicieron a Pablo tropezar
y como un feroz canino
lanzó un ladrido a quienes
no dudaron en molestar.

Y este momento vergonzoso
lo quiso remediar
burlándose de unos cuantos
que nada tenían que ver acá.




Sin embargo, esta situación
le trajo de recuerdo
sus tristezas de edad menor
en que sufría por intención
de quienes sin necesidad de algo a cambio
mostraban su puño al muchacho.

En pocos años pasó
de violado a violador.
Qué triste situación
la que Pablo vivió.

1 comentario:

  1. Gracias por tu visita, también te seguiré.

    Sobre el post, me gusto como contaste la historia y es algo muy cierto, creo que es algo propio del ser humano tratar de sacar provecho de cualquier ventaja, apenas pueden se convierten en el violador.

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